En este cuento clásico de la literatura infantil, adorado por generaciones de niños, la poesía que encierra su texto y la ternura de sus bellas ilustraciones convierten a éste en un libro ideal para culminar el día.
En una gran habitación verde, arropado en su cama, está un conejito. Buenas noches, habitación. Buenas noches, Luna -- dice el conejito. Y así sucesivamente, le da las buenas noches a todas las cosas que reconoce en su cuarto: al cuadro de los tres ositos sentaditos en sus sillas, a los relojes y a los calcetines, a los gatitos juguetones y a los lindos mitones.