A través de su casi enciclopédica comprensión de la Biblia, Waggoner demuestra inequívocamente la verdad del evangelio sempiterno que se encuentra desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Es el hilo de oro de esta vida que ha tejido toda la verdad que está impregnada en las Escrituras. Además, ilustra plenamente que no se puede entender el Nuevo Testamento sin entender primero el Antiguo. Eso fue lo que Jesús dijo: Si no crees lo que Moisés escribió de Mí... tampoco se persuadirán, aunque alguno se levante de los muertos.
La regla bíblica enseña que para definir la verdad se necesita la presencia de dos o tres testigos, esto define un principio crítico de la hermenéutica bíblica - si el Evangelio que uno proclama no es validado por el Antiguo y el Nuevo Testamento; entonces es un evangelio falso.
A través de su casi enciclopédica comprensión de la Biblia, Waggoner demuestra inequívocamente la verdad del evangelio sempiterno que se encuentra desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Es el hilo de oro de esta vida que ha tejido toda la verdad que está impregnada en las Escrituras. Además, ilustra plenamente que no se puede entender el Nuevo Testamento sin entender primero el Antiguo. Eso fue lo que Jesús dijo: Si no crees lo que Moisés escribió de Mí... tampoco se persuadirán, aunque alguno se levante de los muertos.
La regla bíblica enseña que para definir la verdad se necesita la presencia de dos o tres testigos, esto define un principio crítico de la hermenéutica bíblica - si el Evangelio que uno proclama no es validado por el Antiguo y el Nuevo Testamento; entonces es un evangelio falso.