Un caprichoso libro ilustrado del autor best seller del New York Times, Max Lucado, Dónde se fue mi risa? ayuda a los niños a procesar sus emociones de una manera divertida y saludable para que puedan transformarse de malhumorados a felices que se ríen a carcajadas.
«Me sentí un poco malhumorado. Me sentí un poco triste. No puedo decirte por qué, pero incluso me sentí enojado . Para cada niño que a veces se siente mal y no sabe por qué, Dónde se fue mi risa? ayuda a normalizar y disipar las emociones negativas de una manera encantadora.
Una perfecta lectura en voz alta, Dónde se fue mi risa? proporciona:
Con coloridas ilustraciones de Sarah Jennings, este libro es:
Dónde se fue mi risa? sigue a un chico que busca por todas partes, desde el circo hasta la panadería y su propio bolsillo, su risita. Después de todo, «No reírse no es divertido. No es divertido, no señor. No reírse no es la mejor manera de ser . Entonces se da cuenta de que llevar la felicidad a los demás es la mejor manera de encontrarla él mismo. Mientras ofrece sonrisas y abrazos, ayuda a su madre a lavar los platos, juega con un amigo y le da al perro un buen cosquilleo, siente que algo muy, muy profundo empieza a moverse. Y antes de darse cuenta comienza a reírse.
El encantador pero poderoso mensaje de Lucado nos recuerda a cada uno de nosotros que superar el malhumor está a solo una risa de distancia.
Where Did My Giggle Go?
A whimsical picture book from New York Times bestselling author Max Lucado, Where'd My Giggle Go? helps your kids process their emotions in a fun, healthy way so they can transform from grumpy to laugh-out-loud happy.
"I felt kind of cranky. I felt kind of sad. I can't tell you why, but I even felt mad." For every child who sometimes feels out of sorts and doesn't know why, Where'd My Giggle Go? helps normalize and dissipate negative emotions in a delightful way.
A perfect read-aloud, Where'd My Giggle Go? provides:
With colorful illustrations from Sarah Jennings, this book is:
Where'd My Giggle Go? follows a boy who looks all over--from the circus to the bakery to his own pocket--for his giggle. After all, "No-giggle's no fun. No fun, no sirree. No-giggle is not the best way to be." Then he realizes that bringing happiness to others is the best way to find it himself. As he offers smiles and hugs, helps his mom wash the dishes, plays with a friend, and gives the dog a good tickle, he feels something deep, deep within start to wiggle. And before you know it, the boy starts to giggle!
Lucado's charming but powerful message reminds each of us that getting over the grumpies is just a giggle away.