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0 Basta ya creyente!, párate en la brecha y di: Mi fe es grande. No estés jugando al cristiano tibio, sé caliente, recuerda que a los tibios el Señor los vomitará de su boca. Tienes que ser Convertido y Convencido. El motivo de escribir este libro es porque Dios me lo puso en el corazón ya que, a lo largo de mi vida como ministro ordenado del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, he visto tantas y tantas barbaridades, contiendas, aberraciones, divisiones y chismes dentro de la misma iglesia, algo que me parece inaudito. No sé qué pasa o en qué se inspiran para no poner los ojos en el Señor y ser un verdadero discípulo y servidor de Jesucristo. El verdadero servidor de Cristo pasa crisis, desiertos, valles de sombra, de muerte, tribulaciones y sigue firme porque en verdad ama la Palabra de Dios y sobre todo diariamente pide Dirección Divina. Convertidos y Convencidos de un genuino arrepentimiento, de un nacer de nuevo. Estamos viviendo los últimos tiempos y debemos poner la mirada en Nuestro Señor y Salvador 24-7, o sea; todos los días, todas las horas, todos lo minutos y todos los segundos de nuestra vida hagámoslo auténticamente y siempre mirando hacia lo Alto.