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De niña, a Teresa Carreño le encantaba dejar que sus manos bailaran a lo largo de las hermosas teclas del piano. Si se sentía triste, la música le levantaba el ánimo y, cuando estaba feliz, el piano la ayudaba a compartir esa alegría. Pronto comenzó a escribir sus propias canciones y a tocar en grandes catedrales.
Entonces, una revolución en Venezuela hizo que su familia tuviera que huir a Estados Unidos. Teresa se sentía sola en este sitio desconocido en el que muy poca de la gente a quien conocía hablaba español. Y lo peor es que también había una guerra en su nuevo hogar: la Guerra Civil.
Aun así, Teresa siguió tocando y pronto adquirió fama de ser la talentosa niña del piano que podía tocar cualquier cosa, desde una canción folclórica hasta una sonata. Era tan famosa, de hecho, que el presidente Abraham Lincoln quiso que fuera a tocar a la Casa Blanca! Sin embargo, con el país dividido por la guerra, podría la música de Teresa traer consuelo a quienes más lo necesitaban?