Jesús les dio a sus seguidores la comisión de hacer discípulos de todas las naciones, y John Wesley afirmó que todo el mundo era su parroquia. La iglesia le pertenece a cada sector del mundo -ya sea urbano, suburbano o rural-, aunque tuvo su origen en la ciudad.
Sin embargo, muchas iglesias han abandonado la ciudad para buscar otras oportunidades de ministerio. En su influyente obra, La ciudad, David Busic delinea la historia del ministerio de santidad wesleyana para, en y desde el núcleo urbano, asimismo exhorta a los líderes de iglesia a recordar y honrar las antiguas visiones del ministerio devolviendo nuestras comunidades de fe a la ciudad.