Utilizamos los constructos conceptuales para crear un propósito y la sensación de estar en lo correcto. Las relaciones, el sexo, la sexualidad, la familia y el futuro son ejemplos de constructos conceptuales. La sociedad es un constructo, La cultura, la religión y la reputación son constructos. Nada de esto es, verdaderamente, real. Son realidades conceptuales que han caído en nuestra existencia.
Nos creemos todo esto, y luego, en algún momento, anulamos nuestra consciencia para poder mantener y seguir creyendo en la rectitud de esta realidad. Aceptamos la idea que ser normal, promedio y real (como todos los demás) es la mejor y la única forma de ser.
El problema de los constructos conceptuales es que, te ponen en un conflicto contigo mismo a cada instante.
Este libro es acerca de ser consciente de los conceptos ideales y los constructos que crean las limitaciones y barreras a lo que es posible para ti. Tienes que salir de los constructos para crear un mundo que funcione para ti.