La vida es difícil y tendemos a idealizar el amor, la amistad, la vida misma. No idealicemos también la felicidad: aunque seamos felices, nunca será sin un poco de tristeza, sin un sentimiento de ausencia, sin un poco de dolor, sin algo de soledad. Si alguna felicidad es posible, tenemos que aceptar que será una felicidad imperfecta.
El autor hace un interesante recorrido histórico sobre la búsqueda de la felicidad siguiendo las reflexiones de pensadores, como las de Platón sobre la virtud, Aristóteles con el fin supremo del ser humano, Epicuro y el placer, Kant y la búsqueda del deber y la dignidad, Heidegger y la vida inauténtica, Byung-Chul Han y su crítica a esta sociedad que siente fobia al dolor, Nietzsche y la voluntad de poder, Bertrand Russell y la conquista imposible, y Comte-Sponville y la desesperación.
Rolón asegura que la felicidad no se halla en las falsas metas que nos propone la cultura contemporánea: solo alcanzaremos la verdadera felicidad cuando entre en juego nuestro deseo y, aunque existen tantos modos de encontrar la felicidad como personas existen en el mundo, en La felicidad, Rolón nos presenta las directrices para dirigirnos hacia una vida más próspera.