Muchas veces se destaca con razón la importancia de los dones, el poder y los ministerios del Espíritu Santo, pero fácilmente se descuida el mandato de Pablo de vivir y caminar por el Espíritu y cultivar el fruto que sólo él puede producir en la vida de las personas. Prestar mucha atención a las cualidades que el apóstol explica, y tratar de cultivarlas diariamente con la ayuda de Dios, es sin duda una forma de encaminar nuestras vidas hacia la meta señalada. Los seguidores de Jesucristo crecen en madurez cuando se alimentan de la Palabra de Dios, y cuando ella es estudiada y predicada con fidelidad.
Se trata, pues, de un libro en el que el autor aplica su sabiduría de experto en Biblia en forma didáctica y pastoral para el lector de hoy. Contiene aplicaciones que tienen por objeto fomentar el crecimiento en profundidad, preguntas al final de cada capítulo para profundizar la reflexión; es un recurso valioso para predicadores, grupos de estudio y reflexión personal.