tá directamente vinculada al deseo de entenderla. Es en este sentido que trato en estos años de entender la arquitectura, esa inefable y extensa diosa que, con sus caprichos de creadora y su generosidad de maestra, nos dota de enseñanzas y nos provee de cobijos sanos, confortables, duraderos y sensiblemente atractivos. Seria increíble que esto pasara, aunque se me presenta muy "sui generis" confiar todo a una Diosa. Así que nos toca a los comunes mortales seres humanos continuar pensando, sintiendo y haciendo espacios que sirvan nuestras necesidades en esa búsqueda incesante y obligatoria por encontrar nuestros cobijos.