Estas personas pueden ser líderes en la política, en la administración pública, en las empresas de todo tipo, en la sociedad civil... Sin embargo, nadie nace líder, sino que se hace, con la suma de unas adecuadas cualidades humanas y unas apropiadas competencias directivas.
Llorenç Guilera aporta una visión novedosa sobre esta temática al introducir las recientes aportaciones de las neurociencias. Para emplear de manera eficiente las facultades humanas y para entender la mejor manera de motivar y conducir personas trabajando en equipo en pos de un objetivo común, es de gran ayuda comprender cómo el funcionamiento de la mente se estructura en cinco niveles o dimensiones: los instintos, las emociones, las intuiciones, los razonamientos y la capacidad de planificación.