NTE.
UNA HISTORIA DE ODIO Y VENGANZA. Jonás no se llama Jonás. Es un hombre oscuro y enigmático. Y le falta una pierna. Esto último podría ser un detalle sin importancia, pero en realidad la tiene.
Al igual que también es relevante la obsesión que le despierta su nuevo vecino
.
El pasado de Jonás es un misterio que él guarda celosamente, algo que preferiría enterrar en las sombras de la memoria. Pero no puede hacerlo.
Jonás es de ese tipo de personas que nunca olvidan, ni tampoco perdonan.
«El apartamento que ha alquilado se encuentra en la tercera planta, y no puede evitar pensar que cada vez que necesite salir a la calle deberá hacerlo de esa forma, subiendo y bajando las escaleras con las muletas, dando ridículos saltos sobre su única pierna para ir posándose en cada
escalón.
Tampoco ha podido evitar contar los peldaños, son diecinueve los que hay desde el portal hasta el rellano del primer piso, en el que se encuentra. Los multiplica por tres mentalmente y asume que siempre que quiera entrar o salir de su nueva casa deberá dar cincuenta y siete saltos.
Se lo toma como una especie de sacrificio, como una penitencia. Todo tiene un precio", piensa. Y está dispuesto a pagarlo, está dispuesto a hacerlo si a cambio logra cumplir su objetivo.
ENGLISH DESCRIPTION A SAVAGELY DISTURBING THRILLER. A STORY OF HATRED AND VENGEANCE. Jonás is not his real name. He is an obscure and enigmatic man. And he's missing a leg. This may be an insignificant detail, but it will turn out to be important.
Just like Jonás's obsession with his new neighbor.
The past is a closely guarded mystery Jonás prefer to keep safely tucked away in the shadows of memory. But he can't.
Jonás is the type of person who never forgets or forgives.
"The apartment he rented is on the third floor, and he can't stop thinking that every time he goes out, he will have to go up and down the stairs on his crutches, hopping ridiculously on his single leg and balancing on every step.
He can't resist counting the stairs. There are nineteen from the doorway to the first-floor landing, where he is now. He multiplies that number by three in his head and calculates that every trip in or out of his new home will mean fifty-seven hops.
He accepts this as a type of sacrifice, as a penitence. "Everything has a price," he thinks. And he's willing to pay it, he's willing to do it if it means attaining his goal.